miércoles, 29 de septiembre de 2010

EL MATEMÁTICO URBANO

Una digna profesión que muy pronto debe incluir la UPC dentro de sus asignaturas de enseñanza.

UNA VIDA, por favor.

 Fotomontaje de dos sujetos que tienen algo más que una pasión por fumarse la vida.

EL ALMUERZO DE MR. B


Mario Benedetti, cometiendo autofagia, comiéndose una capítulo de su entrañable obra "La Tregua" en una concurrida cafetería argentina.

(Globo de texto-Photoshop)

sábado, 25 de septiembre de 2010

REALIDADES MULTIPLES (Mario Benedetti)


"Cuando le decía escritor, me respondía, le he preguntado su profesión"

Cómo voy a creer dijo el fulano presuntuoso, que el mundo se quedó sin utopias, si vos. Mengana dulce. Ustral. Si vos, sos mi utopía...

Mario Benedetti, y el destreza colosal en lo romántico. Tres Marios que nunca dejaron de existir, tres realidades multiples, "El amor", "Las mujeres" y "La vida".

viernes, 17 de septiembre de 2010

PAPEL ARRUGADO

Había dejado a mi mejor amigo debajo del colchón. Quizás no lo visitaba hace tiempo por pudor o por enojo. Aun no podía concebir su traición. Por ello, estaba seguro que el mejor castigo había sido olvidarlo, como cuando él abandonó mi razón. Sin embargo, hoy la magia ha vuelto, el poder intrínseco revoloteaba en mi corazón, la tinta, lás sílabas, el verbo o algún adjetivo samaritano estaban dispuestos a entregarse a una destreza ya olvidada. Entonces, me levanté de la cama y desempolvé el manuscrito que estaba debajo de mi catre. Intenté, sumamente inspirado, recuperar aquella entrañable amistad con las palabras.

(...)

 


Pero, indudabelemente,  el oficio me comenzaba a negar. Arrugué el papel y crei ciegamente en él, como un digno vehículo, hacia la gloria. Medite un momento y me golpie la cabeza contra la pared: !Qué tonto! !Amigo mío, siempre serás mi aliado! Cogí el paperlarrugado, lo encesté en el canasto de basura y  seguí escribiendo con la certeza de que mi conformismo y el papel retorcido nunca me irían a abandonar, pese a que los extraviara por un tiempo. No escribir era un síntoma, más no la enfermedad. Quizás esta última sea solamente la muerte. Mientras tanto yo seguiré arrugando papeles- aunque lo intenté negar la realidad de mis acciones- por los siglos de los siglos.